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Hoy queremos compartir una situación que, con cierta frecuencia, se repite: somos personas emprendedoras o tenemos una empresa, hemos invertido un tiempo y dinero en la construcción de la web de nuestro negocio y, no sabemos por qué, pero el resultado no nos gusta. O, peor todavía, unos meses después descubrimos que la web no está bien hecha. Y ya es tarde. Y, la solución, no es gratuita.
¿Cuáles son los 7 puntos imprescindibles para mi web?
Equipo de trabajo que integre diseño y estrategia
Contrata a un equipo de trabajo que integre el diseño de tu marca, defina la estrategia digital de tu compañía y lo ponga en marcha. Sin olvidarnos de la consultoría en LOPD. En cualquier sector, la especialización es clave. Entonces, ¿por qué se piensa que la persona que diseña la marca tiene que ser especialista en marketing digital y conocer los entresijos de Google? ¿o viceversa? Y, de paso, aspectos legales. Si quieres un resultado profesional, estos aspectos tienen que estar incluidos e integrados en el proyecto. Con personal de la misma empresa o no. Pero trabajando en equipo.
Una página web con un diseño responsive
La web debe ser responsive. Vivimos en un momento multi-dispositivo. Las personas emplean móviles y/ o tablets y/ o portátiles y pantallas de diferentes tamaños para acceder a la web y ésta tiene que visualizarse correctamente, independientemente del acceso empleado. A estas alturas de la película no te puedes permitir otra cosa. Vale que, si la web ha sido construida con WordPress, empieza a ser difícil elegir una plantilla (responsable en la mayor parte de su apariencia) que no esté desarrollada así. Pero sigo encontrando proyectos en los que se ha apostado por un desarrollo a medida donde no siempre se ha tenido en cuenta este punto.
Los mínimos del SEO
Cada página que compone nuestra web tiene que tener las etiquetas meta actualizadas. Es la información que Google va a mostrar cuando tu web aparezca en las búsquedas. Y no vale la misma descripción para todas las URLs de la web. Hay que estrujarse la mente y pensar en cuál es el objetivo de cada página, hacer un estudio sobre las palabras clave que aplican a tu negocio, ver cómo la competencia se pueda estar posicionando, cuál es la tendencia de las búsquedas y, de esta forma, encontrar aquellos términos que se ajusten a tu realidad empresarial.
Que sea fácil compartir contenido en las redes sociales
La web tiene que ser sociable. Facilitar la acción de compartir en las redes sociales cada una de las entradas del blog (sala de prensa, noticias,…, lo que hayas decidido tener). De forma paralela, dar la opción a las personas para que puedan leerte a través de un lector como Feedly o suscribirse por mail para recibir cada una de tus actualizaciones por correo electrónico. Con todo el trabajo que supone mantener un blog de calidad, si descuidamos este punto, flaco favor hacemos a la difusión digital de nuestro contenido.
Hacer nuestra web visible para Google
Una vez la web está construida hay que darla a conocer y hacerla visible. En ese momento, tenemos que “avisar” a Google de nuestra existencia y facilitarle el proceso de indexación: se llama Google Search Console (Google Webmaster Tools). Y, de paso, activar la captura de datos en Google Analytics. Es probable que, dentro de nuestras prioridades e inversiones, no se encuentre realizar un proyecto de Analítica Web pero, al menos, la herramienta estará almacenando un histórico de información que, a futuro, puede resultar útil.
Invertir en un buen hosting y soporte técnico
Basado en experiencias reales. Invierte en un hosting de calidad, con servidores localizados en nuestro entorno geográfico y con un buen soporte técnico. Porque la mayoría de las pymes y micropymes no disponemos de un departamento informático/ técnico que nos resuelva este tipo de problemas. No voy a mencionar empresas en este post pero, a veces, la diferencia entre un trato personalizado, con un teléfono de contacto directo y un servicio cuidado son…20€/ año. Lo que cuesta (casi) un café + bollo al mes. Y nos empeñamos en ahorrar en áreas tan vitales como son nuestra web de empresa y nuestro correo corporativo.
Realizar un mantenimiento técnico periódicamente
Una vez la web está hecha, la estrategia definida, el posicionamiento en Google trabajado,…es cuando realmente comienza el proyecto. La web está viva y necesita un mantenimiento técnico básico para que no se convierta en un agujero de seguridad o el proyecto se degrade. Hay unos mínimos que debieran tenerse en cuenta, como asegurar que la última versión de los componentes de nuestra web estén actualizados, no se estén produciendo errores 404 (páginas no encontradas), los contenidos se estén subiendo a la web de acuerdo a los estándares de posicionamiento orgánico (etiquetas meta, imágenes bien nombradas y con el peso adecuado, red de enlaces,…). Esto como mínimo.
En definitiva, dar el paso a los entornos digitales es necesario para cualquier negocio. Pero es un camino de no retorno que implica una inversión mínima para asegurar que el resultado obtenido se ajuste como un guante a nuestro negocio. Ahora y en el futuro.